En el corazón del Cerrado brasileño, en Goiânia, Goiás, se encuentra Maria Carolina Silveira Santos, una de las paisajistas y diseñadoras de interiores más respetadas del país. Combinando una técnica refinada, sensibilidad artística y un profundo conocimiento del clima regional, transforma espacios con proyectos que combinan belleza, funcionalidad y sostenibilidad. Su obra se adapta perfectamente a las exigencias naturales del entorno, promoviendo un equilibrio entre la vegetación autóctona y las necesidades urbanas.
Un ejemplo notable de su trabajo es el diseño paisajístico desarrollado para una inmobiliaria en Goiânia. El proyecto incorporó tanto un terreno natural como un jardín construido sobre una losa, lo que requirió una planificación meticulosa y una ejecución cuidadosa. Desde la preparación del suelo hasta la selección de especies vegetales, todo se diseñó para garantizar un jardín duradero, armonioso y de fácil mantenimiento, respetando las condiciones específicas del lugar.
La etapa inicial consistió en limpiar completamente el terreno, eliminar escombros y malezas, y preparar el suelo con una capa mínima de 20 cm de tierra fértil. La nivelación y regularización del área fueron esenciales para facilitar la plantación según los diseños del proyecto. En losas y jardineras, se requirieron sistemas de drenaje con membrana de bidim y grava, así como una capa impermeabilizante que previene la formación de raíces, garantizando así la durabilidad de las estructuras.
La plantación se dividió cuidadosamente entre árboles, arbustos de diferentes tamaños y plantas tapizantes. Cada tipo de planta recibió un tratamiento específico: se cavaron hoyos de tamaño adecuado, se utilizó tierra de alta calidad y se aplicó fertilizante orgánico. Las plantas tapizantes, por ejemplo, requirieron la reposición de tierra hasta 20 cm de profundidad y la instalación de borduras para preservar el diseño del parterre y facilitar el mantenimiento.
El proyecto de María Carolina refuerza cómo el paisajismo puede ir más allá de la estética, convirtiéndose en una extensión consciente del entorno en el que se inserta. Con atención a los detalles técnicos y respeto por las características únicas del Cerrado, crea espacios que no solo cautivan visualmente, sino que también contribuyen al bienestar y la preservación del medio ambiente. Su obra es un ejemplo inspirador de cómo la arquitectura y la naturaleza pueden colaborar.