La importancia de las plantas autóctonas en la construcción de espacios sostenibles
Autor: André Guilherme Rego - Data: 04/07/2025
En tiempos de intenso cambio climático y creciente degradación ambiental, el paisajismo está adquiriendo un nuevo significado. Va más allá de la estética y el confort visual: se convierte en una poderosa herramienta para preservar la biodiversidad y reconectar con el entorno. Y en este escenario, el uso de plantas autóctonas destaca como una elección inteligente, responsable y necesaria.
Conectar con la naturaleza y la sostenibilidad en la práctica
Al adoptar especies autóctonas en los proyectos de paisajismo, creamos entornos que dialogan directamente con los ecosistemas locales. Estas plantas no sólo embellecen jardines y zonas verdes, sino que se adaptan perfectamente al clima, suelo y régimen hídrico de la región. Esto reduce la necesidad de riego, fertilizantes y pesticidas químicos, lo que simplifica la gestión, la hace más económica y más respetuosa con el medio ambiente.
Más que una tendencia, es un compromiso con la sostenibilidad y la preservación de la biodiversidad. Los jardines con especies autóctonas se convierten en refugios para la fauna local, atrayendo mariposas, abejas, pájaros y otros polinizadores esenciales para el equilibrio de los ecosistemas.
Jardines que dan la bienvenida a la vida
Las plantas autóctonas han coevolucionado con el medio que las rodea. Esto significa que desempeñan un papel fundamental en los ciclos naturales, proporcionando refugio, alimento y lugares de reproducción a multitud de seres vivos. Un jardín con vegetación autóctona es, en la práctica, un pequeño ecosistema funcional, un oasis de vida en medio del hormigón de las ciudades.
Este planteamiento no sólo fomenta la diversidad biológica, sino que también contribuye a la resiliencia medioambiental, especialmente en épocas de inestabilidad climática.
Un legado histórico que superar
La preferencia por especies exóticas en los proyectos paisajísticos brasileños no es nueva. Se remonta al período colonial, cuando los jardines europeos comenzaron a reproducirse en tierras tropicales. Un ejemplo emblemático es el proyecto de la Floresta de Tijuca, iniciado por Dom Pedro II, que eligió plantas de su agrado, como la jaqueira, en detrimento de las especies locales.
Según el profesor Rodrigo de Andrade Kersten, de la Pontificia Universidad Católica de Paraná (PUCPR), esta costumbre se vio reforzada por factores comerciales. "En Europa, ya existía una cadena de producción de plántulas ornamentales bien estructurada. Por lo tanto, era más fácil importar que invertir en la producción local", explica el experto.
Hoy, con el avance de los conocimientos ecológicos y botánicos, sabemos que el uso indiscriminado de especies exóticas puede tener graves consecuencias, como la invasión biológica, la competencia con las especies autóctonas y la pérdida de identidad ecológica.
Preservar lo que es nuestro
Elegir plantas autóctonas es también un acto de valorización del territorio y de su historia natural. Cada región de Brasil alberga una riqueza única de flora que debe ser respetada y celebrada. El paisajismo que utiliza especies locales refuerza la identidad regional y crea espacios que "tienen sentido" dentro de sus contextos ambientales y culturales.
También evita esa sensación de artificialidad, el famoso "esto no pertenece aquí", creando entornos armoniosos, cohesionados y auténticos.
Fuentes:
Jardines que admiten mascotas: cómo crear un espacio seguro y estimulante para mascotas y plantas
Cómo construir un estanque ornamental en el jardín: un refugio natural y sofisticado
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