Terapia hortícola: cultivar la naturaleza, cuidar la salud
Autor: André Guilherme Rego - Data: 30/05/2025
En un mundo marcado por el estrés, el aislamiento y las enfermedades crónicas, cultivar la tierra puede ser algo más que un pasatiempo: puede ser un camino hacia el equilibrio físico, mental y emocional. Es en este contexto en el que la terapia hortícola, o jardinería terapéutica, está ganando terreno como práctica complementaria en la promoción de la salud y la atención preventiva.
Aunque los efectos terapéuticos de la jardinería aún están siendo investigados de forma más sistemática por la ciencia, cada vez es mayor el reconocimiento de su valor clínico y ocupacional por parte de médicos, terapeutas, psicólogos e instituciones sanitarias.
¿Qué es la terapia hortícola?
La terapia hortícola es el uso planificado e intencionado de actividades relacionadas con el cultivo de plantas, como la siembra, el riego, el trasplante o la cosecha, con fines terapéuticos. Esta práctica, cuando se lleva a cabo con el apoyo de profesionales sanitarios (como terapeutas ocupacionales), puede ayudar a tratar afecciones físicas, cognitivas, emocionales y sociales.
Ya sea un pequeño parterre, un huerto urbano o un jardín institucional, el acto de cuidar la naturaleza se convierte en una forma concreta de cuidarse a uno mismo.
Entornos terapéuticos y aplicaciones clínicas
Los espacios de terapia hortícola son cada vez más comunes en:
Hospitales y centros de rehabilitación;Clínicas de salud mental;Instituciones para personas discapacitadasResidencias y centros para personas mayores;Escuelas de educación especial.En estos entornos, la práctica se integra con tratamientos médicos y terapéuticos, dirigidos tanto a la recuperación funcional como a la mejora de la calidad de vida.
Beneficios probados de la jardinería terapéutica
La jardinería y la horticultura ofrecen una amplia gama de beneficios que repercuten positivamente en la salud de forma física, cognitiva, emocional y social.
En el aspecto físico, cultivar plantas estimula la motricidad fina y gruesa, ayudando a aumentar la movilidad y la fuerza muscular mediante actividades como cavar, plantar y podar. Además, el contacto con el exterior mejora la respiración y la calidad del sueño.
Desde el punto de vista cognitivo, la jardinería activa funciones importantes como la memoria, la atención y la planificación. Trabajar con plantas también refuerza la percepción visual y la orientación espacial, al tiempo que estimula las llamadas funciones ejecutivas del cerebro, como la organización y la toma de decisiones.
En el terreno emocional, los efectos son igual de significativos. La jardinería regular reduce los niveles de estrés, ansiedad y síntomas de depresión. Además de proporcionar momentos de relajación, cuidar un jardín refuerza la autoestima, promueve un sentido de propósito y despierta sentimientos positivos como la alegría, la gratitud y la satisfacción.
Socialmente, la terapia hortícola es una poderosa herramienta de inclusión y convivencia. En las actividades de grupo, fomenta la comunicación, la empatía y la cooperación. También refuerza los lazos familiares, comunitarios e intergeneracionales, ofreciendo oportunidades de integración a personas de distintas edades y condiciones.

Audiencias atendidas y actividades indicadas
La terapia hortícola es una práctica muy adaptable que puede aplicarse a diferentes públicos con diferentes necesidades.
Para los ancianos, por ejemplo, la jardinería en jardines elevados es una excelente forma de mantener la autonomía y evitar el sedentarismo. También contribuye a la estimulación cognitiva y ayuda a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
En el caso de los niños, cultivar plantas es sumamente eficaz para el desarrollo sensorial y motor. Los niños con trastornos como el TDAH o el autismo se benefician especialmente de la jardinería, que favorece la concentración, la coordinación y el autocontrol, además de fomentar la educación ambiental desde edades tempranas.
Para las personas con discapacidad, la terapia hortícola ofrece posibilidades de inclusión y valorización de las capacidades individuales. Con el uso de herramientas ergonómicas, camas adaptadas y rutinas personalizadas, es posible garantizar la accesibilidad y la autonomía, reforzando la autoestima y promoviendo el bienestar integral.
Más que un tratamiento: una filosofía de vida
La terapia hortícola no sustituye a los tratamientos médicos convencionales, pero es una gran aliada para prevenir enfermedades y fortalecer la salud integral. En tiempos en que el exceso de tecnología y el ritmo acelerado afectan a nuestro bienestar, redescubrir el valor de plantar, cuidar y cosechar puede ser un camino de vuelta a lo esencial.
Fuentes:
La jardinería como terapia ocupacional: una guía para el bienestar
Terapia hortícola: la jardinería como estrategia de promoción de la salud
La jardinería como terapia ocupacional
Terapia ocupacional para las personas mayores: indicaciones y beneficios
Véase también:
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